Performance de la bailarina en retiro Veronike Doisneau, dirigida por el coreógrafo Jerome Bel con motivo de la gala de apertura de la temporada 2005 – 2006 de la Opera Nacional de París.
Veronike Doisneau, bailarina francesa, solista de la Ópera Nacional de París, 42 años, 2 hijos, operada a los veinte años de una hernia en la columna vertebral y que supuestamente la recuperación de aquella lesión le significaría dejar de bailar, no obstante, continuó haciéndolo.
Sueldo mensual: 3,600 euros, como 18,800 pesos argentinos, aproximadamente. Un sueldo relativamente regular, bajo; considerando que el sueldo mínimo en Francia es de 1,254 euros y que una botella de agua en París (una de las ciudades más caras del mundo, cuna de las artes) cuesta más o menos 5 pesos y un plato de comida 70.
Opera Nacional de París, uno de los lugares más emblemáticos de Francia, Europa y el mundo en la historia de la danza, pues, si bien, la danza clásica tiene sus orígenes en Italia, en la época del renacimiento y reunía varias disciplinas artísticas (poesía, música, danza, pintura) que confluían con los banquetes y bailes de las cortes de la época. Esta expresión rápidamente se expande por toda Europa llegando a Francia, siendo allí donde se baila por primera vez en escenarios. Durante el reinado de Luis XIV (siglo XVII, 1643-1715) logra su máximo apogeo y surge la necesidad de tecnificarla y ser materia de estudio; es así que se crea en París la Academic Royale de Danse que posteriormente se convertiría en La Ópera Nacional de París, pese a los innumerables avatares en su historia, que devinieron de la revolución francesa (incendio, endeudamientos, falta de presupuesto para su reconstrucción) se mantuvo y mantiene en pie. Siendo hoy uno de los centros de formación y de expresión de la danza más importantes del mundo; su existencia dio origen a la técnica y estudio de la danza clásica y con ello los grandes clásicos del ballet como Giselle (1841).
Sin la rigidez del tecnicismo clásico y su afán por la estética, la danza clásica no se hubiera cuestionado ni revelado ante si misma y por lo tanto la danza moderna quizás no hubiera existido y por ende tampoco la danza contemporánea, y de serlo, sin este cuestionamiento, creo que sería una representación fantástica, fría y disociada de la realidad y del mundo. Por lo tanto sería como un paraíso o un sueño sin realizar, un cuento, una ilusión que corresponde una realidad parcial o inexistente.
Dónde queda el ser humano como tal y como parte del mundo y de su realidad, dónde quedan sus emociones, dónde quedan sus sueños y frustraciones y realizaciones¬?
Pienso que el dolor tiene su forma en cada cuerpo
Pienso que la alegría tiene su forma y también varía según quien la contenga
Pienso que el miedo también
El amor
El odio
La envidia
El deseo
El sexo
La pasión
La muerte
Cada ser tiene una forma y como tal su forma de expresión.
Pienso que el artista que es ajeno a reconocer al menos una realidad como ser humano dentro de una sociedad. Esta fuera de ella.
Los bailarines, somos expresión, si trabajamos dentro de una compañía y/o productora de danza, somos expresión de las ideas del director y coreógrafo(s).
Pero pocas veces tenemos la oportunidad de ser la expresión profunda de nosotros mismos.
El bailarín clásico baila con la sensación que le produce el movimiento gracias a su dominio técnico, ahí radica su individualidad y su libertad, pienso.
Pero, volviendo a Veronike, me pregunto, qué pasa cuando decide retirarse del escenario, que pasa con esa figura esbelta, bella y llena de lirismo, fuerza, delicadeza y todo lo que uno ve cuando ve a un bailarín(a) clásico(a).
Qué pasa dentro de él o ella.
Cómo es su vida en la cotidianeidad, siente, tiene problemas, tiene pasiones, anhelos, sueños, deseos?
Lo que hace Jerome Bel, el director, es poner en escena a la bailarina cómo ser humano, la hace bajar del escenario, mostrando a la mujer de 42 años, con sus deseos, sus anhelos, realizados o no; pone en evidencia lo ingrato y lo grato de su pasión, donde la expresión profunda del amor por lo que uno hace no basta para destacar, pero sobra para vivir y convivir con ella.
Muestra que dentro del cuerpo de una bailarina, habita mucho más de lo que se ve, hay realización, hay frustración, pero por sobre todo hay amor y ello la humaniza, sensibiliza y embellece.
Es un acercamiento al corazón del bailarín, y lo más importante, la obra insta a una reflexión sobre una realidad que es un problema: la jubilación de un bailarín.
Y es que en el marco legislativo no existe una ley explícita de jubilación para los bailarines.
Hay algunos “trucos legales” a los que uno puede acceder dependiendo de su situación.
En el caso de Veronike, no especifica claramente su situación, pero queda sobre entendido que, el hecho de ser titulada, la beneficia con un salario mensual.
A lo que surge la interrogante, qué pasa con los bailarines que no están titulados?
En general, qué pasa con los bailarines que tienen contratos temporales, que no pertenecen a ningún elenco estable de ninguna compañía?
Quién los ampara, quién los protege?
En Francia, en año 2008, el presidente Sarkozy presentó su programa de "transformaciones sociales", que prevéen la reforma del régimen jubilatorio para eliminar los privilegios y los retiros anticipados, y una flexibilización del régimen laboral de 35 horas semanales.
Uno de los puntos que contempla el programa es que algunos sectores se pueden acoger a su jubilación temprana a partir de los 50 o 55 años, con 37,5 años de servicio, esto se extiende a los bailarines de la Opera y a los actores de la Comedia Francesa, únicamente.
(Fuente: http://www.gipspsi.org Salud y Protección Social).
En Uruguay, actores, músicos y bailarines tendrán jubilación. El tiempo dedicado al ensayo y la puesta en escena de actores, músicos y bailarines serán computados como horas de trabajo, al igual que los tiempos que se dediquen a desarrollar los espectáculos. Estos beneficios surgen de la creación del Estatuto del Artista y Oficios Conexos, dentro de la ley 18.384.
Siempre y cuando los actores, músicos y bailarines se inscriban en el Registro Nacional de Artistas -que funcionará dentro del Ministerio de Trabajo-, podrán acceder al Sistema Nacional Integrado de Salud, a las asignaciones familiares o al seguro de paro.
(Fuente: www.180.com.uy. 8 de junio de 2009)
En Buenos Aires - Argentina, la jubilación es uno de los problemas más serios, específicamente, que enfrenta el Ballet Estable del Colón, cuyo integrante mayor orilla hoy los 60 años. La dificultad previsional entorpece las cuestiones artísticas y, de la mano de otras fallas administrativas, como la desactualizada categorización de sus artistas (pues no hay concurso de cargos desde 1992) y la falta de ingresos de nuevos bailarines, deriva en una compañía clásica grande, sí, pero por la elevada edad media de sus integrantes.
Existió un régimen especial de jubilación para bailarines, llamado 20/40, un régimen especial de retiro que en 1974 estableció que los bailarines se jubilaran con 20 años de servicio y a los 40, como mínimo, aunque podían también optar por continuar en actividad luego de esa edad si querían y se encontraban en condiciones físicas satisfactorias. Pero desde comienzos de los 90 y durante esa década, cuando Buenos Aires aún no era ciudad autónoma, ocurrió una serie de modificaciones en la relación laboral que significó para los integrantes del Ballet Estable del Teatro Colón, el cese del cobro por antigüedad, por diferencia de cargo y por presentismo, además del paso de su caja jubilatoria a la Nación (Anses). También se perdieron los registros de los aportes de los empleados, cifras que, por otra parte, se destacaban por su tenor magro, dado que hasta más de la mitad del sueldo solían cobrar en negro. Y, finalmente, en diciembre de 1996, se suspendió la aplicación de la ordenanza municipal 29.604, la del 20/40.
(Fuente: Diario La Nación, 18 de agosto de 2008).
Es claro que hay una problemática a nivel mundial en torno a la jubilación del bailarín.
Cada bailarín es dueño de su suerte y destino, su amparo depende de si mismo.
Hay organizaciones que brindan estímulos y/o subsidios para la creación, la realización, la producción, la organización, la formación, pero no contemplan “La jubilación por tiempo se servicio”.
Esto es producto de la ignorancia, del descuido que el arte y la cultura viene heredando de mucho tiempo atrás.
No hay una ley que estime nuestra labor.
Hace falta que las sociedades de artistas se unan, se organicen en pro de una legislación exclusiva para el sector. Hace falta tener una representatividad en el estado, en el poder legislativo y ejecutivo.
En Uruguay se da un ejemplo a seguir, hay un gran avance en este sentido, reconoce e inserta activamente al bailarin en el marco legal, mientras que en la Argentina hubo un retroceso con la suspensión de la 20/40.
El amor al arte no basta para subsistir.
Sobre la propuesta de Jerome Bel
La propuesta de la performance es muy simple y ello la hace interesante, Jerome Bel, hace de un testimonio de vida una obra.
Constantemente nos hayamos actuando según las circunstancias, consciente o inconscientemente, a veces nos toca ser actores y otras veces espectadores.
Lo que hace Bel, es tomar la experiencia vida de Veronike, convirtiéndola en narradora viva y espectadora de su propia historia, que en el contexto de la Ópera de París trasciende de un simple testimonio a la categoría de una obra, una performance.
Jerome Bel, es un ex bailarín francés, controvertido performer, director y coreógrafo, su trabajo se caracteriza por contextualizar trozos de vida dentro de los circuitos artísticos, generando distintas reflexiones sobre el arte y la vida.
Visitó Buenos Aires en enero de 2009, invitado por los departamentos de Artes del Movimiento y de Artes Dramáticas del IUNA, montó un elenco local, su performance “The show must go on” (el espectáculo debe de continuar).
En suma, es un desconstruvista del arte dondela obra carece de sustento y habla por si misma.
Veronike Doisneau, bailarina francesa, solista de la Ópera Nacional de París, 42 años, 2 hijos, operada a los veinte años de una hernia en la columna vertebral y que supuestamente la recuperación de aquella lesión le significaría dejar de bailar, no obstante, continuó haciéndolo.
Sueldo mensual: 3,600 euros, como 18,800 pesos argentinos, aproximadamente. Un sueldo relativamente regular, bajo; considerando que el sueldo mínimo en Francia es de 1,254 euros y que una botella de agua en París (una de las ciudades más caras del mundo, cuna de las artes) cuesta más o menos 5 pesos y un plato de comida 70.
Opera Nacional de París, uno de los lugares más emblemáticos de Francia, Europa y el mundo en la historia de la danza, pues, si bien, la danza clásica tiene sus orígenes en Italia, en la época del renacimiento y reunía varias disciplinas artísticas (poesía, música, danza, pintura) que confluían con los banquetes y bailes de las cortes de la época. Esta expresión rápidamente se expande por toda Europa llegando a Francia, siendo allí donde se baila por primera vez en escenarios. Durante el reinado de Luis XIV (siglo XVII, 1643-1715) logra su máximo apogeo y surge la necesidad de tecnificarla y ser materia de estudio; es así que se crea en París la Academic Royale de Danse que posteriormente se convertiría en La Ópera Nacional de París, pese a los innumerables avatares en su historia, que devinieron de la revolución francesa (incendio, endeudamientos, falta de presupuesto para su reconstrucción) se mantuvo y mantiene en pie. Siendo hoy uno de los centros de formación y de expresión de la danza más importantes del mundo; su existencia dio origen a la técnica y estudio de la danza clásica y con ello los grandes clásicos del ballet como Giselle (1841).
Sin la rigidez del tecnicismo clásico y su afán por la estética, la danza clásica no se hubiera cuestionado ni revelado ante si misma y por lo tanto la danza moderna quizás no hubiera existido y por ende tampoco la danza contemporánea, y de serlo, sin este cuestionamiento, creo que sería una representación fantástica, fría y disociada de la realidad y del mundo. Por lo tanto sería como un paraíso o un sueño sin realizar, un cuento, una ilusión que corresponde una realidad parcial o inexistente.
Dónde queda el ser humano como tal y como parte del mundo y de su realidad, dónde quedan sus emociones, dónde quedan sus sueños y frustraciones y realizaciones¬?
Pienso que el dolor tiene su forma en cada cuerpo
Pienso que la alegría tiene su forma y también varía según quien la contenga
Pienso que el miedo también
El amor
El odio
La envidia
El deseo
El sexo
La pasión
La muerte
Cada ser tiene una forma y como tal su forma de expresión.
Pienso que el artista que es ajeno a reconocer al menos una realidad como ser humano dentro de una sociedad. Esta fuera de ella.
Los bailarines, somos expresión, si trabajamos dentro de una compañía y/o productora de danza, somos expresión de las ideas del director y coreógrafo(s).
Pero pocas veces tenemos la oportunidad de ser la expresión profunda de nosotros mismos.
El bailarín clásico baila con la sensación que le produce el movimiento gracias a su dominio técnico, ahí radica su individualidad y su libertad, pienso.
Pero, volviendo a Veronike, me pregunto, qué pasa cuando decide retirarse del escenario, que pasa con esa figura esbelta, bella y llena de lirismo, fuerza, delicadeza y todo lo que uno ve cuando ve a un bailarín(a) clásico(a).
Qué pasa dentro de él o ella.
Cómo es su vida en la cotidianeidad, siente, tiene problemas, tiene pasiones, anhelos, sueños, deseos?
Lo que hace Jerome Bel, el director, es poner en escena a la bailarina cómo ser humano, la hace bajar del escenario, mostrando a la mujer de 42 años, con sus deseos, sus anhelos, realizados o no; pone en evidencia lo ingrato y lo grato de su pasión, donde la expresión profunda del amor por lo que uno hace no basta para destacar, pero sobra para vivir y convivir con ella.
Muestra que dentro del cuerpo de una bailarina, habita mucho más de lo que se ve, hay realización, hay frustración, pero por sobre todo hay amor y ello la humaniza, sensibiliza y embellece.
Es un acercamiento al corazón del bailarín, y lo más importante, la obra insta a una reflexión sobre una realidad que es un problema: la jubilación de un bailarín.
Y es que en el marco legislativo no existe una ley explícita de jubilación para los bailarines.
Hay algunos “trucos legales” a los que uno puede acceder dependiendo de su situación.
En el caso de Veronike, no especifica claramente su situación, pero queda sobre entendido que, el hecho de ser titulada, la beneficia con un salario mensual.
A lo que surge la interrogante, qué pasa con los bailarines que no están titulados?
En general, qué pasa con los bailarines que tienen contratos temporales, que no pertenecen a ningún elenco estable de ninguna compañía?
Quién los ampara, quién los protege?
En Francia, en año 2008, el presidente Sarkozy presentó su programa de "transformaciones sociales", que prevéen la reforma del régimen jubilatorio para eliminar los privilegios y los retiros anticipados, y una flexibilización del régimen laboral de 35 horas semanales.
Uno de los puntos que contempla el programa es que algunos sectores se pueden acoger a su jubilación temprana a partir de los 50 o 55 años, con 37,5 años de servicio, esto se extiende a los bailarines de la Opera y a los actores de la Comedia Francesa, únicamente.
(Fuente: http://www.gipspsi.org Salud y Protección Social).
En Uruguay, actores, músicos y bailarines tendrán jubilación. El tiempo dedicado al ensayo y la puesta en escena de actores, músicos y bailarines serán computados como horas de trabajo, al igual que los tiempos que se dediquen a desarrollar los espectáculos. Estos beneficios surgen de la creación del Estatuto del Artista y Oficios Conexos, dentro de la ley 18.384.
Siempre y cuando los actores, músicos y bailarines se inscriban en el Registro Nacional de Artistas -que funcionará dentro del Ministerio de Trabajo-, podrán acceder al Sistema Nacional Integrado de Salud, a las asignaciones familiares o al seguro de paro.
(Fuente: www.180.com.uy. 8 de junio de 2009)
En Buenos Aires - Argentina, la jubilación es uno de los problemas más serios, específicamente, que enfrenta el Ballet Estable del Colón, cuyo integrante mayor orilla hoy los 60 años. La dificultad previsional entorpece las cuestiones artísticas y, de la mano de otras fallas administrativas, como la desactualizada categorización de sus artistas (pues no hay concurso de cargos desde 1992) y la falta de ingresos de nuevos bailarines, deriva en una compañía clásica grande, sí, pero por la elevada edad media de sus integrantes.
Existió un régimen especial de jubilación para bailarines, llamado 20/40, un régimen especial de retiro que en 1974 estableció que los bailarines se jubilaran con 20 años de servicio y a los 40, como mínimo, aunque podían también optar por continuar en actividad luego de esa edad si querían y se encontraban en condiciones físicas satisfactorias. Pero desde comienzos de los 90 y durante esa década, cuando Buenos Aires aún no era ciudad autónoma, ocurrió una serie de modificaciones en la relación laboral que significó para los integrantes del Ballet Estable del Teatro Colón, el cese del cobro por antigüedad, por diferencia de cargo y por presentismo, además del paso de su caja jubilatoria a la Nación (Anses). También se perdieron los registros de los aportes de los empleados, cifras que, por otra parte, se destacaban por su tenor magro, dado que hasta más de la mitad del sueldo solían cobrar en negro. Y, finalmente, en diciembre de 1996, se suspendió la aplicación de la ordenanza municipal 29.604, la del 20/40.
(Fuente: Diario La Nación, 18 de agosto de 2008).
Es claro que hay una problemática a nivel mundial en torno a la jubilación del bailarín.
Cada bailarín es dueño de su suerte y destino, su amparo depende de si mismo.
Hay organizaciones que brindan estímulos y/o subsidios para la creación, la realización, la producción, la organización, la formación, pero no contemplan “La jubilación por tiempo se servicio”.
Esto es producto de la ignorancia, del descuido que el arte y la cultura viene heredando de mucho tiempo atrás.
No hay una ley que estime nuestra labor.
Hace falta que las sociedades de artistas se unan, se organicen en pro de una legislación exclusiva para el sector. Hace falta tener una representatividad en el estado, en el poder legislativo y ejecutivo.
En Uruguay se da un ejemplo a seguir, hay un gran avance en este sentido, reconoce e inserta activamente al bailarin en el marco legal, mientras que en la Argentina hubo un retroceso con la suspensión de la 20/40.
El amor al arte no basta para subsistir.
Sobre la propuesta de Jerome Bel
La propuesta de la performance es muy simple y ello la hace interesante, Jerome Bel, hace de un testimonio de vida una obra.
Constantemente nos hayamos actuando según las circunstancias, consciente o inconscientemente, a veces nos toca ser actores y otras veces espectadores.
Lo que hace Bel, es tomar la experiencia vida de Veronike, convirtiéndola en narradora viva y espectadora de su propia historia, que en el contexto de la Ópera de París trasciende de un simple testimonio a la categoría de una obra, una performance.
Jerome Bel, es un ex bailarín francés, controvertido performer, director y coreógrafo, su trabajo se caracteriza por contextualizar trozos de vida dentro de los circuitos artísticos, generando distintas reflexiones sobre el arte y la vida.
Visitó Buenos Aires en enero de 2009, invitado por los departamentos de Artes del Movimiento y de Artes Dramáticas del IUNA, montó un elenco local, su performance “The show must go on” (el espectáculo debe de continuar).
En suma, es un desconstruvista del arte dondela obra carece de sustento y habla por si misma.
Ana Lucía Saavedra
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